jueves, 22 de mayo de 2008

Una discusión

Dos de mis mejores amigas discutieron fuertemente frente a mí la otra mañana y por primera vez en mi vida, guardé silencio…

Jamás me había atrevido a no intentar mediar alguna discusión entre personas que realmente me importaran; pero en esta ocasión me dediqué a callar, a observar, a escuchar cada oración ilógica e irreverente que pronunciaban, sin permitir a mi boca emitir ni un sonido… No supe por qué, pero no encontré motivos para querer controlar sus emociones o sus enojos. Después de todo ellas eran dueñas de sus razones y tenían el derecho de decir lo que quisieran.

La verdad es que no suelo reaccionar con tanta prudencia… los segundos me pasaron tan lento y tan rápido al mismo tiempo que me sentí más ligera. Me estaba arrancando por fin el afán de controlar el pensamiento y hasta el sentimiento de alguien más.

No fueron ni sus argumentos ni sus reclamos, ni siquiera sé si alguna de las dos tenía la razón… No fueron ni los gritos, ni el hecho hallarme en medio de una guerra de opinión… sencillamente y sin quererlo me hicieron darme cuenta de que el secreto está en confiar un poco más, en soltar un poco más, en entender un poco más pero sobre todas las cosas en aceptar un poco más.

Nunca me habían importado tanto como aquella mañana, nunca las había respetado tanto…

Ya era suficiente el tiempo en vida que me había pasado preocupándome por cosas de las que, en su mayoría, no me podía ocupar.

Me alegra mucho que hayan peleado así esa mañana…

Ada Campos

jueves, 15 de mayo de 2008

Un Buen Día

Ayer varias personas me aseguraron sin razón y por coincidencia que hoy sería un buen día…

Temprano me desperté sin abrir los ojos y deseé con toda mi fuerza que junto con el primer rayo de luz que viera, pudiera reconocer el buen día que para mí habría de comenzar en ese segundo…

Me levanté de la cama y así pasó la mañana, más tarde me sorprendí preguntándome qué cosas habrían de ocurrir hoy para transformar este día en uno bueno, y sin pensarlo comencé a buscar entre mis recuerdos los días grandiosos de mi vida para intentar descubrir las cosas en común que hay en ellos: alegrías, risas, bromas… y no lo comprendía, nada coincidía… Fiestas, sorpresas, travesuras… todo parecía sencillamente opuesto… Logros, encuentros, aprendizajes…aprendizajes… aprendizajes…

Había transcurrido ya casi el día completo y la verdad es que más que vivirlo había logrado sobrevivirlo… y entonces entendí.

Que en un buen día también hay lugar para largos ratos de silencio, para lágrimas, reflexiones y pensamientos, para abrazar lo que se tiene cerca y valorar lo que está lejos… para aprender de los errores y sonreír por los aciertos.

Que un día lleno de tristeza se transforma por completo si un viejo amigo sin saber, sin que lo llames, toca a tu puerta.

Que un buen día no es aquél en el que fumas cigarro tras cigarro sólo porque puedes, con el pretexto de una reunión o de una ansiedad; sino aquél en el que logras no encender ni uno haciendo a un lado cada pretexto que se presente.

Hoy aprendí… y con el último rayo de luz pude reconocer lo que tanto busqué por la mañana.

Por eso si hoy lloraste, si tropezaste, si fallaste en algo que intentaste, si extrañaste… si de esto lograste aprender algo muy grande o algo pequeño: Alégrate… al final, ha sido un buen día.

Ada Campos

lunes, 12 de mayo de 2008

Perpectivas

Una mañana lluviosa hace muchos años estaba con mi mamá en el coche, la lluvia había parado y el sol comenzó a salir, después de observar un rato el vidrio de mi ventana le pregunté: ¿por qué todo está lleno de boronitas de sol?

En realidad no recuerdo mucho sobre aquella plática, pero ella aún lo hace bien…

Esta mañana llovió y luego apareció el sol; estando cerca de mi ventana descubrí que no veía más boronitas de sol, sólo gotas de lluvia en el vidrio.

La capacidad de ver las cosas de este mundo, las emociones y hasta las acciones desde una perspectiva diferente, le permiten a uno mismo conocer realidades de las que nadie se ha percatado. Las ideas menos comunes y las verdades más francas surgen de la sensibilidad de los seres humanos que es la encargada de sentir… Cierra los ojos, hay innumerables sensaciones y sentimientos que no tienes que ver para saber que existen.

Hoy sé que el sol no se deshace cada vez que llueve y que la lluvia ligera sólo ensucia los parabrisas, sin embargo espero con todo mi corazón el día en pueda volver a ver, después de llover, boronitas de sol.

Ada Campos

…Yo también, y no sabes cuánto

jueves, 8 de mayo de 2008

De cuerpo, corazón y razón

La danza se sirve del cuerpo para hacer visible lo que se lleva adentro…

Y lo que se lleva adentro a veces es tan intenso que parecería imposible de explicar a alguien que no sea uno mismo. Compartir una sensación, compartir un sentimiento: Corazón contra Razón.

Y quien pudiera sentir lo mismo que otro y con la misma intensidad desafiaría a la leyes que dicen que ninguna persona es como otra, aún así todos tenemos cuerpo, corazón y razón.

Cuerpo que reacciona completo cuando está frente a lo que reconoce.

Corazón que no entiende de Razón.

Razón que necia insiste en querer comprender cada cosa que sucede, que decide olvidar o volver a recordar, que juzga siempre lo que es mejor…

Qué universo tan ajeno en el que nadie quiere quedarse a escuchar lo que otro tiene que decir, tan ajeno que nadie quiere detenerse a sentir. Las palabras dejan de bastar… salen sobrando, y entonces surgen otras tantas maneras de hacer reír, de hacer enojar, llorar o suspirar, de acercar la Razón de otro a la propia… Eso es bailar.

Por eso felicito a todos los que en la danza han encontrado una manera de invitar a sentir, pero también a todos los que han hecho un espacio en su razón para quedarse a compartir.

Ada Campos

Hoy quiero hacerte un regalo que guardes en tu corazón por todos estos años que me llenaste de amor.