sábado, 16 de mayo de 2009

A un paso

“Licenciatura en Enseñanza de la Danza con Especialidad en Clásico, se llama la carrera”, me dijeron por teléfono, “se van a abrir 3 fechas para examen de admisión y es necesario que traiga la papelería que le acabo de mencionar...”

Después de colgar el teléfono en esa llamada, no supe ni cómo pero se me pasaron un poco más de 4 años como en 10 segundos... Entre tantas clases, ensayos, ratos de extrañar a mi familia, viajes para visitarla, cansancio, sudor y dolor de cuerpo, no me di cuenta de lo rápido que pasó todo... y aquí estoy, a un mes de terminar la carrera que planee estudiar desde que tenía 5 años de vida.

Después de ser parte de un proyecto como éste, que comenzó cuando era prácticamente un bebé, cuesta trabajo creer y hasta aceptar que está por terminar; y aunque me queda claro que significa ni más ni menos que otro gran comienzo, no puedo evitar sentir nostalgia, satisfacción, felicidad, alivio, emoción y todas esas cosas que algunos juzgan de innecesarias, pero que al final nos llenan el pecho hasta la garganta sin que se pueda evitar.

Debo decir que el precio fue justo, mucha voluntad, esfuerzo, dedicación y a veces hasta resistencia, que mis 2 compañeras y yo (que formamos hoy la generación completa) dejamos mucha gente en el camino de la aprendimos mucho, que conservamos listas de cosas divertidas y buenos recuerdos, y que estamos orgullosas de cerrar este ciclo.

Enseñar danza y todo lo que ello implica, para nosotras, forma ya una parte esencial en la vida, y que así sea por el resto de ella, es un compromiso muy grande que estoy segura se va a cumplir como debe.

Felicidades a todos los maestros este 15 de mayo, especialmente a aquellos que se dedican de corazón a la danza y cuya enseñanza nunca termina en los límites físicos del cuerpo y sus capacidades.

Ada Campos


-Aprender a distinguir lo que realmente importa no es fácil, pero cuando se logra, se vive más feliz...