No acotumbro reenviar ni publicar histoiras ni cuentos que no hayan partido de mi propia creatividad, sin embargo, hoy escuché una historia que me conmovió e hizo reflexinonar acerca la impulsividad humana y la premura que a veces nos invade por tomar decisiones arrebatadas sin detenernos un momento a razonar... quiero compartirla.
Este relato es acerca de un joven matrimonio que vivía feliz y se encontraba prosperando rápidamente, él era médico y ella maestra, ambos eran buenas personas y se distinguían por ser una pareja inteligente y organizada. Todo en su vida de casados había marchado muy bien, así que pronto sintieron la necesidad de planear la llegada de su primer bebé.
El tiempo pasaba sin que ellos lograran concebir un hijo, esperaron por tanto tiempo y con tanta ilusión que al cabo de algunos años se resignaron pensando que jamás lograrían ser padres.
Una mañana pasando por una tienda de mascotas, vieron casi sin querer a través la vitrina un pequeño perrito que enterneció el corazón de ambos haciendo que con una sola mirada de complicidad y sin palabras el médico y la maestra entraran en la tienda para comprar al cachorrito en aquél mismo instante.
Pronto el perrito se volvió parte de la familia, era tratado con tanto cariño y cuidado que sin darse cuenta se había convertido en el hijo de la casa. Recibía comida especialmente preparada para él, dormía en la cama junto a sus amos y los acompañaba a todos los viajes que el matrimoio realizaba.
Al paso de algunos años más y sin esperarlo, la maestra finalmente descubrió que estaba esperando un bebé. La feliz pareja pronto comenzó a dedicarse a realizar los preparativos necesarios para la llegada de su tan esperado hijo. No podían creer que al fin su más grande sueño se estaba volviendo realidad.
Transcurrido el embarazo llegó el nacimiento, fue una hermosa bebé de ojos azules que llenaba de ternura a cuanta persona se le acercara. Desde el primer momento fue el tesoro más preciado de sus padres, quienes se dedicaban a cuidarla y a asegurarse de que la niña estuviera bien.
El perrito, naturalmente, fue desplazada de su lugar en la familia. Al cabo de algunos días y tras una recomendación del pediatra fue puesto en el patio para evitar alergias a la bebé; ya no había más comida especialmente preparada para él, sólo croquetas comunes; no había más viajes ni caminatas por el parque...
Una noche mientras la hermosa niña ya dormía en su cunita en el segundo piso de la casa, el matrimonio cenaba en la cocina. Mientra platicaban de lo que les había ocurrido a ambos en su día, escucharon unos fuertes ladridos del perro provenientes del la habitación de la niña. Tan solo unos segundos después el perro bajó las escaleras gruñendo agitado y todo ensangrentado. Al ver lo que estaba ocurriendo el médico, sin pensarlo, dio una patada mortal al animal lanzándolo contra la pared para inmediatamente subir a rescatar a su hija. La preocupada madre sintió morise en el trayecto de la cocina a la habitación pensando en el descuido que había cometido al dejar a la niña con el perro. Después de todo, era lógico, el animal estaba lleno de celos y furia contra la bebé pues a raíz de su llegada el perro había sido practicamente abandonado por sus amos...
La pareja llegó en instantes a la habitación de la niña y no pudieron más que sorprenderse cuando hayaron a su hijita placidamente dormida pero junto de la cuna llacía destrozado, el cuerpo de una venenosa vívora que había sido detenidada de morder a la bebita por el pequeño perrito.
Existen decisiones que una vez tomadas no tienen vulta atrás... piensen antes de acutar.
Ada Campos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Wow!, me encantó la historia, especialmente porque demuestra cuan prejuiciosos podemos ser los seres humanos. Ojalá fuesemos capaces de ser un poco mas animales en ese aspecto.
Pobre chabela... lo que le espera en el futuro :P
Publicar un comentario